Ajos
Los ajos son plantas bianuales herbáceas que, al ser cultivada por sus bulbos, se han convertido en una planta de ciclo anual, económicamente hablando.
Por su rusticidad y poca profundidad radicular, el cultivo del ajo no necesita una gran preparación del terreno.
¿Cómo se cultivan los ajos de Las Pedroñeras.-
La multiplicación del Ajo Morado de Las Pedroñeras se realiza de modo vegetativo, plantando los dientes. Aunque los agricultores digan que “siembran los ajos” la realidad es que se plantan, ya que el ajo no es una semilla.
Sembrar o plantar ajos.-
Se realiza desde primeros de diciembre hasta mediados de enero. Cuando se dispone del terreno en estado óptimo, con la línea de plantación marcada y la simiente desgranada y desinfectada, se estará en disposición de realizar la plantación. Cada hectárea alberga unas 200.000 plantas.
Lo recomendable es plantar los ajos de forma manual, con el germen hacia arriba, así nos garantizamos que la planta crezca bien arraigada.
Aunque los costes sean más elevados que plantar los ajos con una máquina. El inconveniente de la máquina es que el ajo cae a la tierra de cualquier manera.
Después de plantar los ajos hay que taparlos con tierra para evitar que sufran daños ambientales o que los coman animales o pájaros. Esto se hace por medio de un cultivador de rejas o binas en línea. Si lo plantamos con una máquina no hace falta ya que estas máquinas llevan incorporados estos aperos.
Riego de los ajos.-
La mayor parte de las plantaciones del Ajo Morado de Las Pedroñeras se riegan. La mayoría de las parcelas se riegan por el método de aspersión. El agua se coge de pozos, ríos o balsas.
Fertilización del ajo.-
Para el abonado de las plantas se recomienda el Nitrógeno -50 unidades fertilizantes-, como abonado de fondo el K2O -165 unidades fertilizantes- y el P2O5 (-10 unidades fertilizantes-. Antes del 30 de marzo hay que echar 50 unidades de fertilizantes de Nitrógeno. También es importante el azufre por lo que es conveniente abonos de sulfatos de distintos macronutrientes.
Control de las malas hierbas.-
A esta acción se la conoce como escarda. Si hay poca distancia entre las plantas hay que hacer la escarda manualmente. Generalmente se utiliza el cultivador. Se hacen pases del cultivador entre líneas para arrancar las hierbas. También se utilizan herbicidas selectivos.
Eliminación de los escapos florales del ajo.-
La planta del ajo emite un escapo o tallo floral que culmina en la umbela con las flores. Los agricultores manchegos cortan este tallo para que la cabeza del ajo o bulbo no mengue de tamaño. Ya que el escapo crece a costa del bulbo. Esta labor se hace manualmente para no dañar las hojas. Se puede quitar de dos formas: por tronchamiento o por estiramiento. Es mejor por tronchamiento aunque si se quieren vender los escapos para su consumo es mejor el estiramiento.
No hay que regar más las plantas una vez se hayan quitado los escapos. Es perjudicial, ya que el tallo queda hueco y el agua daña al bulbo -la cabeza del ajo-. Entre siete y diez días después de quitar el escapo floral se puede iniciar la recolección de los ajos.
La recolección de los ajos.-
Se realiza al final del ciclo vegetativo, a finales de junio y termina dentro del mes de julio. Sólo en contadas ocasiones se prolongará hasta los primeros días de agosto.
El rendimiento del ajo morado de Las Pedroñeras en rama, está entre 9-10 toneladas/hectárea pudiendo llegar a 13 toneladas, en función de factores de producción externos e internos y del manejo del cultivo durante el ciclo vegetativo.
Hasta la fecha la forma más común de recolectar los ajos es la manual aunque se está imponiendo la recolección mecanizada para ahorro de costes. Se emplea la maquina llamada “arrancadora-atadora”, que arranca la planta, la sacude para quitarle la tierra y hace gavillas -de 15 a 20 plantas- que las deposita en el suelo para que se oreen. Otras máquinas más sofisticadas meten las plantas en sacos de rafia de gran capacidad.
Arrancado de los bulbos del ajo del terreno.-
En la zona de cultivo del Ajo Morado de Las Pedroñeras, el sistema de recolección comprende dos fases: primeramente, el tractor, equipado con el apero adecuado, alza el fondo del surco, produciendo un mullido ligero. De esta forma, los bulbos quedan depositados en el fondo del surco con el follaje sobre el lomo. Luego, los bulbos son recogidos a mano, agrupándose en los llamados surcos gavilleros, de forma que las hojas tapen los bulbos para evitar su insolación. Esta labor comienza de madrugada y se suspende en torno al medio día.
Los ajos se mantendrán durante un tiempo en el terreno a fin de que los bulbos pierdan humedad.
Atado de los ajos.-
Consiste en hacer manojos con los bulbos, colocándolos de forma que un manojo quede hacia un lado y el siguiente hacia el lado contrario para formar las gavillas. Éstas son atadas con un nudo especial, quedando las gavillas compactadas para facilitar su manipulación, de manera que no se deshagan durante el transporte.
Las gavillas se transportarán después hasta el lugar donde se realizará el secado evitando daños por golpes al cargarlos, transportarlos y descargarlos.
Hay que procurar que los bulbos o cabezas de ajo no se desprendan de las hojas ya que entonces no se podrán comercializar con la etiqueta IGP Ajo Morado de Las Pedroñeras.
Secado de los ajos.-
La forma de secado habitual de los bulbos es mediante su exposición al sol o bajo cubierta, atados en manojos o sin atar, garantizándose que las cabezas o bulbos no reciban directamente los rayos solares. Se evita, igualmente, que el bulbo recolectado sufra enmohecimiento por falta de ventilación.
Cortado del ajo.-
Consiste en el corte de las raíces y el follaje. Esta labor se hace de forma manual, con tijeras especiales. Se cortan las raíces al ras y se deja un tallo de 30 cm.
En los centros de recepción se realizará un control a la llegada de cada partida de bulbos, verificándose que tienen el grado de sequedad requerido y que reúnen todas las características exigidas por las normas de comercialización. Si la partida es aceptada, será descargada sobre la tolva de recepción, procediéndose a la clasificación de los bulbos en las líneas de calibrado.
El producto -los ajos- ha de ser clasificado y cepillado, para desprender los restos de tierra, el polvo y las túnicas más externas, eliminándose manualmente en la fase de acabado cualquier resto de pieles rotas o desprendidas, hasta lograr su presentación más atractiva.
Concluidas las labores de manipulación, los ajos serán envasados en los distintos tipos de envase en los que se lleva a cabo la comercialización, pudiendo almacenarse a temperatura ambiente únicamente hasta el 30 de septiembre de la campaña correspondiente.
A partir de esta fecha deben conservarse obligatoriamente en cámaras de humedad y temperatura controlada -entre -2 y -4 grados centígrados-. Los contenedores o cajas serán dispuestos en su interior de forma que existan pasillos y espacios que faciliten una ventilación adecuada. Al menos, un 10% del volumen de las cámaras estará dedicado a este menester.
En dichos contenedores o cajas figurará una indicación que permita identificar de manera inequívoca la fecha de recepción. No se podrán comercializar, al amparo de la Indicación Geográfica Protegida Ajo Morado de Las Pedroñeras, ajos conservados para los que haya transcurrido un año desde la fecha de su recolección.